A partir de Abril de 2018, no se permitirá a los propietarios del Reino Unido poner en alquiler edificios con baja calificación de eficiencia energética.
Alrededor del 20% de las oficinas tienen calificación F y G, a las que se aplicarán estas nuevas reglas. Parece que estos cambios ya están afectando al valor de las propiedades, en los que la clasificación energética puntua en las transacciones.
La regla se anunció por primera vez como parte de la Ley de Energía de 2011 (Energy Act 2011) y ciertos detalles todavía necesitan aclaración.
Algunos edificios como los agrícolas o las pequeñas propiedades
podrían ser excluidos de las normas, que también podrían estar limitados a nuevos contratos de arrendamiento por cinco años, antes de ser aplicada a los arrendamientos existentes en 2023.